Partido raro, muy mal arbitrado. Muchos nervios para un partido que no definía nada.
Queríamos ganarlo para no cortar la racha de varios partidos sumando puntos, pero a lo mejor el costo del intento fue alto.
Sobre todo porque faltó lo fundamental: el juego, la diversión la pelota rodando. Aunque sea el disfrute de luchar por el resultado.
Pero no. Hicimos el esfuerzo enojados, casi sin darnos la oportunidad de saber lo que estábamos haciendo: pasando un rato agradable entre amigos.
Quizás nos puso nervioso el arbitraje, una falta mal cobrada cerca del área, que para colmo termina en gol porque un rival le hace una toma de judo a nuestro arquero, sin que el árbitro lo note.
Y aunque llegamos al empate, así nerviosos la cosa no iba a caminar.
terminamos 3 a 1 abajo y salimos enojados.
Final de campeonato con trompa.
Debería haber sido de otra manera, pero así es el fútbol.
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