El 4/7 nos tocó con "Paraná".
Duelo de necesitados, ellos se encontraban últimos -junto a los muchachos de "Tornado"-, y nosotros un punto más arriba.
Peleando los 3 equipos por no caerse y continuar, aunque sea un torneo más en la "A".
Apostábamos que a sucedieran una serie de eventos afortunados: que Tornado perdiera su partido, que ocurriera algo similar acon un par de equipos que teníamos al alcance de la mano, y, por supuesto, que pudiéramos ganarle a Paraná.
No lo sabíanos, pero los resultados en los otros partidos se iban dando.
Nos tocaba a nosotros completar la jornada.
Y para que negarlo ... tuvimos nuesta pizca de suerte.
El Fer en el arco sacó todo, incluso una que traspuso la línea unos segundos. Si le hubieran entrado la mitad de los goles "hechos" que le arrojaron, el tanteador del rival tendría que haber alcanzado los dos dígitos.
Ellos, de mitad de cancha en adelante, tenían un trato admirable con la pelota. Nosostros, de mitad de cancha para atrás teníamos a todo el equipo sacando pelotas para el solitario delantero al que apostamos.
Y así desde el fondo, empezaron las trepadas de los del fondo, el despegue de los del medio ... y a correr a abroquelarse cada vez que perdíamos la pelota.
Una falta afuera del área, nos dá un tiro libre recostado sobre el lado derecho. Leandro lo pide, como era ideal para un zurdo, se lo dejan. Para mis adentro pensé "ser zudo no debiera ser la única condición para poder patear desde la derecha", pero era inútil... ya acomodaba la pelota y nadie se la iba a sacar.
Así que llamé al alcanzapelotas para que estuviera atento, y reponga rápido para cuando Leandro envíe la pelota a 500 o 600 metos del predio.
Lo que ocurrió no admite ninguna lógica. La pelota no pegó violentamente en la barrera, ni salió despedida para hacer 2 o 3 órbitas terrestres... no.
Nuestro áspero zaguero metió un cañonazo que pegó en el tavesaño, cerquita del segundo palo. Travesaño, y pica adentro... haciendo más espectacular la conversión.
"A lo Pasarella", dijo... y ahí supe que nunca más nos vamos a librar de las evocacion recurrente de semajante golazo.
Después de eso nada malo podía ocurrir, si eso pudo suceder es porque el azar estaba de nuestro lado. Aunque Hugo, el Tigre, y yo mismo fallamos en el toque final cuando estuvimos a tiro de convertir, por cada yerro nuestro ellos fallaban 12 a un metro del arco, casi siempre por la destreza (inusitada, por cierto) del 1 de Alabama XXL.
Después Walter, terminando una jugada iniciada por el Tigre, y luego, rematando un tiro penal, agrandaba la diferencia.
En tanto nuestro arquero seguía sacando pelotas con olor a gol.
Arrancar el segundo tiempo ganando 3 a 0, no es algo que nos ocurra todos los sábados, así que intentamos disfrutarlo dento de la cancha.
Digo lo intentamos, ojo. Porque Paraná no se quedó llorando en un rincón... no. Cada vez jugaban mejor, cada vez exigían más a una defensa que se mostró que mostró sólida y probaban a un arquero que, aunque pequemos de reiterativo, seguía sacando sutiles toques al ángulo, o cañonazos rastreros a la red.
Parecía que la cosa se emparejaba, sino en el resultado, por lo menos en el juego.
Paraná iba por su gol del honor, y nosotros por seguir aumentando. Y la verdad que ellos se lo merecian más que nosotros...
Pero cuando se esta de liga ....
Cuando más cerca estaban ellos de anotar, una pelota que es rechazada de cabeza en el área rival, es tomada como viene por Mario (uno de los mejores jugadores de la jornada) que de un zapatazo de afuera del área pone el 4 a 0.
Nuestro arquero habrá sacado 3 o 4 más, y ya no habrá tiempo para más.
"A lo Pasarella ..." .... que insoportable se va a poner....
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